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“A shared joy is double joy, a shared sorrow is half sorrow” this is what a Swedish proverb says, and from my point of view it could not be more right.

Here is the importance of celebrating our achievements, celebrating important dates, sharing our joys, even though the circumstances that surround us are not the most appropriate.

It is very sad to hear that people usually say “I don’t want to celebrate my birthday”, “you better just pray for me”, “I don’t like being the protagonist”, “it’s not the best moment” and a long etcetera follows but the pure The truth is that sometimes our daily life consumes us, we care more about what others will say and we do not take enough time to really reflect on the importance of celebrating our birthday and that of the people around us, feeling alive and happy with to be so, to give thanks to God for the gift of life, for the family and the community that accompanies us every day. It seems that we do not have time to have the opportunities and occasions to celebrate, to fill ourselves with unforgettable moments close to our own people.

Celebrating is important to evolve, it is the human being’s way of recognizing the closing of one cycle and the beginning of another, celebrating the Life that God has gratefully given us makes us more humble and aware of our finiteness and total dependence with Our Creator.

And on May 9, we had the great luck of being able to celebrate the gift of Life of our dear novice Nilu. The day was full of surprises, of small details that made this a very special day. Thank you Lord for the gift of our sister Nilu.

 

“Una alegría compartida es doble alegría, una pena compartida es media pena” esto es lo que dice un proverbio sueco, y desde mi punto de vista no puede tener más razón.

He aquí la importancia de celebrar nuestros logros, festejar fechas importantes, compartir nuestras alegrías, a pesar de que las circunstancias que nos rodeen no sean las más adecuadas.

Me entristece bastante escuchar que la gente habitualmente dice “no quiero celebrar mi cumpleaños”, “mejor solo rezáis por mi”, “no me gusta ser el protagonista”, “no es el mejor momento”  y le sigue un largo etcétera pero la pura verdad es que es a veces nuestro día a día nos consume, nos importa más el qué dirán y no nos tomamos el tiempo suficiente para realmente reflexionar sobre la importancia de celebrar nuestro cumpleaños y el de la gente que nos rodea, sentirnos vivas y felices de estarlo, de dar gracias a Dios por el don de la vida, por la familia y la comunidad que nos acompaña día a día . Parece que no tenemos tiempo de tener las oportunidades y las ocasiones de poder celebrar, de llenarnos de momentos inolvidables cerca de los nuestros.

Celebrar es importante para evolucionar, es la manera que el ser humano tiene de reconocer el cierre de un ciclo y el comienzo de otro, celebrar la Vida que Dios nos ha dado de forma agradecida nos hace más humildes y conscientes de nuestra finitud y dependencia total con Nuestro Creador.

Y el pasado 9 de Mayo tuvimos la gran suerte de poder celebrar el don de la Vida de nuestra querida novicia Nilu. El día estuvo lleno de sorpresas, de pequeños detalles que hicieron de este un día muy especial. Gracias Señor por el regalo de nuestra hermana Nilu.

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